miércoles, 16 de abril de 2008

Un domingo como otro cualquiera en San Francisco

Vine desde Davis hasta San Francisco el viernes pasado para asistir a un congreso de neurociencia cognitiva. Después de los reencuentros con los compañeros de Tenerife, y del tributo que le hicieron a M. Gazzaniga algunos de los grandes maestros en el mundo de las neurociencias (Posner, Tulving, Pinker, Kosslyn, Hillyard...), decidí tomarme fumarme la sesión del domingo. Completa.
Salí de la cama con tiempo para prepararme unos wafles en la cocina del "Amsterdam Hostel"(un buen hostal barato, limpio, tranquilo y seguro, con el baño dentro de las habitaciones compartidas por 4 o 6 personas). Para mí, alojarme en albergues se ha convertido en una adicción, es como volver a casa. Cambias de nombre, de lugar, de compañeros, pero todos suelen tener los mismos pequeños problemas y ese olor que desprende la moqueta... Después del desayuno bajo caminando hasta el cruce entre Bush y Powell y sigo a la derecha por Powell hasta Market, algo así como la Diagonal en Barcelona. Paso por un cajero y vuelvo a comprobar que, ya a 14 de abril, aún no he recibido mi sueldo de marzo. Decido tomar un autobús hacia la zona oeste, Haight Street y Golden Gate Park. Me bajo en Upper Haight, una calle animada con fachadas originales y vistosas decoradas según el motivo del negocio que albergan. Muchas tiendas de ropa "vintage", souvenirs, y objetos innecesarios, aún más que la mayoría. He caminado hasta llegar al parque y veo gente que lleva sus perros y niños de paseo, toman el sol, juegan al fútbol. Me sorprende que NADIE juegue al beísbol, lo que considero buena señal porque pienso que es un juego de lo más aburrido. No sé cómo podía entretenernos tanto cuando éramos chavales. Llego hasta el jardín botánico y me uno a un tour donde una guía muy simpática y con un inglés muy clarito, nos ha explicado algunos detalles del jardín, sus orígenes y mantenimiento. Nos ha llevado hasta algunos de los árboles más curiosos, como el árbol mono, el ginkgo biloba y una especie de cactus gigante australiano cuyo crecimiento lo estimula el humo. También me he enterado de algunos detalles del bambú, como que cuando florece, poco le queda para morir. Y que además, los bambús de la misma familia, florecen todos a la vez, independientemente de donde se encuentren, sea en San Francisco o en Londres. Tengo algunas fotos :







Después de otro paseo, veo que son casi las 3pm y me voy a un restaurante griego cercano al parque. He tomado pez espada y airan casero. Buenísimo. He caminado sobre mis pasos hasta llegar a una zona abierta donde había mucha gente haciendo el payaso, y me he unido a ellos, como era de esperar. Unos tomaban el sol, otros jugaban al hoola hoop (julajop), otros hacían malabares. He descubierto otro sistema de fabricar unas cariocas: un par de medias y una pelota dentro de cada unas. Les haces un nudo en el extremo y ya tienes un comienzo antes de gastarte dinero y descubrir que eres un inútil y encima tonto. También había un grupo de músicos que parecían haberse reunido espontáneamente. A mi derecha unos chavales se fumaban un porro.




Decido seguir cuesta abajo por la calle Haight, sin dejar de visitar una tienda de discos inmensa (Amoeba) donde me entero de otro festival de música tan bestial como la tienda (Coachella) , y al que no creo que vaya porque coincide con un workshop en lenguaje que se celebrará el mismo día, 26 de abril, en el Center for Mind and Brain de Davis. Mierda. No sé si fumármelo también...
Como empezaba a hacer frío, tomo un autobús de vuelta hasta Market y decido ir en busca de algún cine. Compro una entrada para ver Las hermanas Bolena. Como tenía más de una hora por delante hasta que empezara la peli, me voy a una librería y como me encuentro tan suelta con el manejo de los dólares, me compro dos libros : Blink, de Malcolm Gladwell, y Proust and the Squid, de Maryanne Wolf. No tengo ni idea de qué van, pero necesitaba gastar la hora y el dinero. No, en serio, me pilló con la mano tonta y recordé haber visto la entrevista que le hicieron a M. Gladwell en el programa REdes. Psicología. El segundo libro es de la historia y ciencia del cerebro lector. Necesito estimularme.
La peli me gustó bastante.
De vuelta a mi hostal compré 2 trozos de pizza. Como siempre, sólo pude comerme uno. No sabía qué hacer con el otro y me lo llevé. Como siempre. Sin embargo, a un metro y medio de la puerta, un vagabundo tocaba la guitarra junto a su perro. Le di la comida y se le vio agradecido porque dejó de tocar rápidamente y me dedicó una bendición: God bless you my friend!

The amazing colour changing card trick

Una muestra de las cosas que aprendemos los psicólogos cuando nos vamos de congreso...